Los pies soportan el peso cuando se está de pie y nos ayudan a llegar a donde necesitamos ir. Debido a esto, el dolor de pies y piernas es muy común, puede variar de leve a severo y puede durar poco tiempo o ser un problema continuo.
Existen muchas profesiones y actividades físicas en las que, lamentablemente, las lesiones y los riesgos para la salud forman parte del trabajo diario debido al esfuerzo físico. En especial para personas que mantienen estas actividades durante largas horas seguidas. Eso significa que el esfuerzo físico es uno de los mayores riesgos para ellos. Estas personas tienden a sufrir lesiones musculoesqueléticas relacionadas con el esfuerzo y muchas de ellas son lo suficientemente graves como para perder días laborales u obligarte a tomar días de descanso por actividades físicas como el deporte lo que atrasaría tus metas y objetivos en el ejercicio.
Problemas más comunes que no debemos pasar desapercibidos.
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Fascitis plantar.
La fascitis plantar es una lesión por uso excesivo de un ligamento que provoca pequeños desgarros en la fascia plantar, que actúa como voladizo del arco de nuestro pie.
Mientras está de pie o caminando, la presión se ejerce sobre el arco, por lo que el ligamento se estira. La fascitis plantar se presenta como un dolor punzante en la planta del pie junto con inflamación y sensibilidad alrededor del área.
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Hinchazón de pies y piernas.
La hinchazón de pies y piernas es otro riesgo común para la salud de trabajar con los pies durante todo el día. Este edema o acumulación de líquido se asocia con una mala circulación sanguínea que puede causar malestar y dolor.
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Ampollas.
Cuando el pie experimenta fricción, la capa externa de la piel se separa para formar una ampolla llena de líquido.
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Pie de atleta.
Son hongos que normalmente están presentes en la piel humana y son inofensivos siempre que la piel esté limpia y seca. Pero, en condiciones cálidas y húmedas, se reproducen rápidamente para causar una infección.
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Varices.
Es posible que esté familiarizado con estos, porque puede verlos en la superficie de la piel. Parecen ser venas retorcidas, azul oscuro o violeta, y son causadas por válvulas y paredes de las venas débiles. Pueden causar un dolor, especialmente después de estar de pie.
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Coágulo de sangre.
Cuando la sangre se espesa en una vena y se aglutina, puede convertirse en un coágulo. Uno que se desarrolla en una vena profunda del cuerpo se llama trombosis venosa profunda.
La mayoría de los coágulos de sangre en las venas profundas se producen en la parte inferior de la pierna o el muslo. Es más probable que sucedan si está inactivo durante períodos prolongados, como en un vuelo largo o en un viaje en automóvil. También corre riesgo si tiene sobrepeso, fuma o toma ciertos medicamentos.
Existe la posibilidad de que un coágulo se desprenda en el torrente sanguíneo y viaje a una arteria en los pulmones. Si es así, podría bloquear el flujo sanguíneo. Esta es una afección grave llamada embolia pulmonar.
Si cree que podría tener un coágulo de sangre, vaya a su médico o a la sala de emergencias de inmediato.
¿Cómo cuidar los pies y las piernas sin gastar dinero?
Para la mayoría de los casos antes descritos hay una serie de actividades que podemos hacer para el cuidado de los pies, que pueden ayudar a garantizar que sus pies estén fuertes para soportar los horarios de trabajo y actividades físicas agitadas que le están generando dolor.
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Estirarse.
Al hacer ejercicio, estar de pie, caminar o sentarse durante horas, los músculos tienden a ponerse rígidos. Por lo que el estiramiento, especialmente el de la piernas, debe realizarse al menos una vez cada hora. El estiramiento ayuda a revitalizar el flujo sanguíneo y ejercitar los músculos.
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Hielo.
Aplique hielo en los músculos cansados, adoloridos y rígidos durante unos 20 minutos. Coloque los pies en una tina llena de agua helada para obtener una compresa de hielo instantánea.
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Masaje.
El masaje mejora el flujo sanguíneo y trabaja los músculos adoloridos. Para las plantas doloridas, use un rodillo o una pelota de tenis, y ejerciendo presión asegúrese de masajear la zona adolorida.
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Elevar los pies.
Antes de acostarse, utilice unas almohadas para mantener los pies en una posición elevada. Este ejercicio ayuda a reducir la inflamación y mejora la circulación sanguínea.
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Cambio de zapatos.
Si después de un día largo y duro tiene dolores en los pies o la parte baja de las piernas, Es una buena idea pensar en reemplazar los zapatos por otro par que tenga en casa, es posible que el par que está usando no sean los mas apropiados para el tipo de actividad que está realizando
Conclusiones claves
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